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viernes, 25 de octubre de 2019

Parásitos


Es evidente que la exhumación de Franco no ha tenido honores de Estado, como algunos dicen. Pero también ha quedado patente que el olor a naftalina que desprende este país apesta. Huele a cuco, que diría Joaquín Reyes. He visto esta mañana en un bar unas imágenes en televisión en las que se veía al nieto mayor de Franco tomando notas en un cuaderno durante la exhumación. La comentarista de Antena 3 ha dicho que "Francis Franco anotaba todo lo que pasaba porque pensaba presentar un recurso ante los tribunales europeos". Descojono entre los clientes bar bar. ¡Qué hijos de puta! Así, en general.  Hablando de los Franco, hoy se estrena "Parásitos", de Bong Joon-ho, la última Palma de Oro en Cannes y una de las mejores películas del año para la mayoría de la crítica. Lo digo porque Josu Eguren, mi crítico de cabecera, escribió que "Párasitos" no está ni entre las tres mejores películas de Bong Joon-ho. Ganas de lío.
Un último apunte, a mí las imágenes de la exhumación de Franco del Valle de los Caídos me han retrotraído a mi niñez, a aquellos esperpénticos partidos de  solteros contra casados, o gordos contra flacos, o cuando de niño fui al campo de fútbol de mi pueblo  a ver a la mujer más forzuda del mundo. O a las redadas de un siniestro secreta que pululaba por Basauri y al que todo el mundo conocía por el mote de Colombo. ¡Qué hijos de puta!