Impacto

Tras volver de San Sebastián, me preguntan en la oficina si he visto alguna película que me haya sorprendido. Les contestó con el clásico, "a mí ya nada me sorprende". Y es verdad, cuando entro a una sala de cine sé todo lo que hay que saber sobre lo que voy a ver, por lo que sorprenderme sí que sería una sorpresa. Lo que si he encontrado es una película y una interpretación que me han impactado. Sabía que “Titane”se escapa de lo que vemos habitualmente en una sala de cine. Lo que no pensaba es que tanto. La película de Julia Ducournau, Palma de Oro en Cannes, se puede desacreditar con dos chistes sobre su disparatada trama, pero si te olvidas de las gracietas, se disfruta a lo grande. Que Javier Bardem esté inmenso en “El buen patrón” lo daba por supuesto. Lo impactante es que la composición del actor, con la ayuda de un guión lleno de matices y la complicidad de Fernando León de Aranoa, roza lo sublime. Convierte a cualquier actor de su generación en un intruso, en un mequetrefe. Es el puto amo de la barraca, con perdón. Otro día os hablaré de Pe. Otra puta ama.

"Todos somos patéticos al quitarnos la ropa al final del día". Julia Ducournau

Belmondo

Gracias a Filmin he recuperado durante el verano algunas de las películas de mi infancia y adolescencia, con especial atención a las protagonizadas por Jean Paul Belmondo. El actor francés, que murió ayer a los 87 años, pasará a la historia como el Michel Poiccard de "Al final de la escapada", o por "Pierrot le fou" o "La Sirena del Mississipi", pero siento debilidad por sus películas más gamberras, el crápula encantador en títulos menores para mí míticos como "El hombre de Río", "Las tribulaciones de un chino en China" o "Simpático sinvergüenza", películas que solo con nombrarlas me alegran el día. Qué más se puede pedir, digo yo. Gratitud eterna.

Pedro

"Madres paralelas", de Pedro Almodóvar, inaugura hoy el Festival de Venecia. Yo ya la he visto, no me preguntéis cómo es posible, y os adelanto que la catarata de insultos que va a recibir el bueno de Pedro por parte de la caverna mediática vía redes sociales va a ser de las que hacen época. Reconforta saber que todavía queda gente que a los fascistas los llama fascistas sin importarle las consecuencias.