martes, 25 de agosto de 2015

Aste Nagusia


Después de tres días de Aste Nagusia podemos afirmar que todo marcha según lo previsto. Cuando termina el chunda chunda de las txoznas y los bares, a eso de las 7 de la mañana, empieza el jolgorio de las obras de la estación de San Nicolás. Con una precisión milimétrica, no dando ni un minuto tregua, no vaya a ser que los vecinos se crean que tienen derecho al descanso. No sé, a alguien del ayuntamiento se le podía haber ocurrido que durante las fiestas mejor tomarse un descanso con las obras del metro. No hay vida inteligente entre nuestros responsables municipales o solo me lo parece a mi, que soy un maniático. Para el año que viene propongo que se incluya en el programa festivo, entre una actuación de Javier de los Pecos y otra de Bertin Osborne y Arévalo, el lanzamiento de un vecino, o vecina, que no se diga, desde el campanario de la iglesia de San Nicolás. Que risas íbamos a hacer...

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