Comer mal está de moda

Pensaba que con Let´s Cereal, el bar de cereales que tres intrépidas chicas abrieron en Indautxu, se cerraba el círculo y Bilbao ya se podía equiparar a cualquier otra ciudad absurda de Europa. Como casi siempre, estaba equivocado. Me voy quince días fuera y a la vuelta me encuentro con dos novedades, un restaurante especializado en ramen y otro en poke hawaiano, el primero ubicado en el local que antes cobijaba a un templo del buen comer como era el Asador Ripa y el segundo donde hasta hace poco estaba el bar/tienda Trimmer. Se da la paradoja de que no paran de abrir restaurantes y en Bilbao cada día se come peor. Añoro aquellos años en los que lo más exótico que podías encontrar gastronómicamente hablando era el restaurante chino de Elkano, el de "amigo, amigo", con su ya mítica frase "amigo pagal". No quiero decir que en Bilbao no existan buenos, muy buenos y excelentes restaurantes, lo que digo es que en pocos años la ciudad se ha saturado de locales pintones a los que acuden hordas de bilbaínos y bilbaínas a comer mal por un precio módico. Si la cosa es salir, mejor comerse un buen bocadillo o alguna ración en algún local de fuste que todavía sobrevive a los nuevos tiempos. Es absurdo, pero parece que comer mal está de moda. 

"No sé si son molinos o son gigantes, pero la hostelería bilbaína continúa sumida en su particular carrera hacia el abismo, hacia la ignominia culinaria y una trivializacjon organoléptica más propia de un páramo sin historia, sin bagaje, sin tradición coquinaria. Bilbao, lamentablemente, enciende señales de alarma y muestra síntomas de una despersonalización y una homogeneización que antes se identificaba con la oferta de los centros comerciales periféricos, terreno abonado para la franquicia y la precariedad (...)". Igor Cubillo, Lo que coma Don Manuel