Tengo un amigo que, por motivos de trabajo, viaja con frecuencia. Me suele comentar que el conocer otros lugares le ha permitido comprobar que las mujeres de esta tierra son muy frías. Y me lo dice un viaje sí y otro, también. El viernes, paseando por la Gran Vía, me encontré con una amiga que me habló de sus vacaciones en una isla griega y me comentó que se había dado cuenta de que los hombres de aquí somos muy fríos y complicados, al contrario que los muchachotes griegos, todo fuego y cercanía. Solo veo una solución: un año habría que mandar a todas las mujeres de Bizkaia a otra zona del mundo y que de allí vengan el mismo número de mujeres nativas. Al año siguiente, lo mismo pero con los hombres. No sé si follaríamos más, lo que es seguro es que aprenderíamos idiomas. Que falta nos hace.
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