Por algún comentario que he oído, mi entrada "De cañas por Madrid" ha dado una sensación equivocada del Hostal Delfina. Es un sitio muy recomendable, a un paso de todo y con un precio ajustado a los bolsillos más castigados. La propietaria es una gallega majísima que hace que la estancia tenga un plus de calidez que es imposible encontrar en hoteles de más postín. Una última anécdota para dar por zanjado nuestro paso por Madrid y el Delfina: El Aventurero fue la persona encargada de pagar las dos noches de la habitación y, a pesar de sus innumerables viajes a lo largo y ancho de este mundo, no se le ocurrió mejor idea que pagar con billetes pero también con monedas, incluida alguna de 10 céntimos. La gallega majísima frustró el intento de mi intrépido amigo con un contundente "diminutivos no, hombre, diminutivos no".
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