Fracaso

Gudari me contesta con monosílabos. Adolfo ni me llama, pese a saber que tengo una pistola de tequila que le ha traido Alberto de México (los que conocéis a Fito sabéis de la gravedad de este hecho). Mi sobrino Teddy me ignora. Para rematar el sombrío panorama, Toño va y me dice esta mañana que "llevas un tiempo raro". Por la tarde, Irune me reprende por mi nerviosísmo. Y encima, solo ocho amigos asistirán el viernes a la tradicional, y antes numerosa, comida de Santo Tomás. Se han inventado todo tipo de excusas. He fracasado como amigo, tío y organizador de eventos. Finalizo el año solo, abandonado a mi suerte, como vaca sin cencerro. Igual ha llegado el momento de parar, de decir basta y esperar a que escampe. No me reconforta ni el conocer el drama que viven otras personas: acabo de oír al  Presidente del Tribunal Supremo mostrar su indignación por tener que viajar en avión en clase turista. Creo que voy a llorar.