Freedonia

Del asunto de los papeles de Bárcenas, lo único que no me indigna es que se lo hayan repartido caliente. Habría que ser muy ingenuo para pensar que no era así y yo ya he superado el medio siglo. Siempre ha pasado y siempre pasará. A lo que iba, lo que verdaderamente me irrita es que la farsa que estamos viviendo está interpretada por unos pésimos actores, desde los protagonistas hasta los figurantes. Están nerviosos y así no hay quien se aprenda bien el texto. Ayer le pasó a un alto cargo de Hacienda, asustada por lo que había tenido que inventarse en rueda de prensa reconoció a su compañera de mesa no saber ni lo que había dicho. Por no hablar de Mariano, en Berlín, y su ya legendario "todo es mentira...salvo algunas cosas". O mi nuevo ídolo, el para mi hasta hace un mes desconocido Carlos Floriano, dispuesto a  "desnudarse ante los jueces, pero no ante Rubalcaba". Un disparate digno de la República Democrática de Freedonia, aquel país de "Sopa de ganso" que lideraba Rufus T. Firefly. Con la gran diferencia de que Groucho Marx tenía gracia.