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miércoles, 11 de diciembre de 2013

El bar clandestino

Hacerse viejo es una canallada. No pintas nada en ningún sitio. Me refiero a los lugares donde me gustaría estar. Y lo cómico, y trágico, es que todo el mundo me parece mayor que yo. La putada es que no es recíproco. Noto las miradas recriminatorias de quienes quieren que sea consciente de mi decrepitud. "Qué hará este carcamal aquí", me escupen a la cara. Cada día que pasa es más evidente. Necesito un lugar donde sentirme seguro, alejado de miradas inquisidoras. Si estás en la misma tesitura, no te preocupes, nuestro calvario está a punto de terminar. Por fin, alguien se ha decidido a dar el gran salto. Ya falta menos...

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