Charlie

Ayer me dió por revisar antiguos capítulos de “Dos hombres y medio”, la serie que protagonizaba Charlie Sheen y que estuvo en pantalla durante 12 temporadas.  Hay uno de ellos que me gusta especialmente, sobre todo su final. La situación es la siguiente (más o menos): Charlie Sheen piensa que está muy enfermo. Durante todo el capítulo se dedica a renegar de su vida anterior, de golfo, borracho y mujeriego, buscando el perdón y el amor de los más cercanos. Al final, descubre que está equivocado y que de enfermo nada de nada. En la última imagen se le ve eufórico, en la terraza de su casa de Malibú, haciendo una barbacoa junto a dos mujeres estupendas en bikini. Desde el interior de la casa, su hermano, interpretado por Jon Cryer, comenta a la señora de la limpieza, la actriz Conchata Ferrell: “Ahí le tienes, bebiendo, fumando, retando al futuro. En cambio yo, voy a comer a un restaurante mexicano, bebo dos cervezas y al día siguiente cago sangre”. A mi me hace gracia. Será que me he visto identificado. En el personaje de Charlie, por supuesto.

"Tienes el derecho de matarme, pero no tienes el derecho de juzgarme". Charlie Sheen