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martes, 1 de abril de 2014

Risas


Lo que parecía un vendaval se ha convertido en un tsunami que ha barrido a todo lo que se ha puesto en su camino, incluido "El Capitán América" de la habitualmente intratable Disney. Sí, estoy hablando de nuevo de "8 apellidos vascos", la película de Emilio Martínez Lázaro y, sobre todo, de sus guionistas Borja Cobeaga y David San José. Me da igual la calidad, las interpretaciones, el guión o la machacona campaña de Tele 5. La película se ha convertido en un fenómeno social que arrastra a las salas a todo bicho viviente, desde niños hasta octogenarios, hombres y mujeres, abertzales y españolistas. Una locura imposible de prever. Creo que la razón fundamental de este asombroso éxito radica en las ganas de pasar página de una mayoría de vascos, y también de españoles, ante una situación anómala que creíamos iba a ser eterna. Y para ello nada mejor que el humor, el reírse de todo y de todos, empezando por uno mismo. No encuentro otro motivo que explique lo ocurrido. Algo parecido, desde una perspectiva dramática, pudimos ver el domingo en "Salvados", en mi opinión el mejor programa que se puede ver en las televisiones generalistas. Sobre "3 días en Rentería", un conocido periodista vasco ha llegado a escribir que "parece que a Jordi Évole le bastan tres días para hacerse una idea de lo que a los demás nos cuesta toda una vida...". Cuando leo estos análisis tan frívolos, aunque igual sería mejor denominarlos ridículos, me pregunto para quién escribe esta gente. Mejor reírse, dónde vas a parar...

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