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lunes, 2 de noviembre de 2009
De atar
Antes pensaba que yo estaba loco. De ahí pasé a creer que era al resto de la gente a la que le faltaba un tornillo. Ahora tengo claro que todos estamos como cencerros. Como vaca sin cencerro, que diría Almodóvar. Me rodea una fauna de cuidado. Desde que me levanto hasta que me acuesto pasan por mi vida todo tipo de personas con un único nexo de unión: están de atar. Primero me enfrento a José Félix, una especie de niño prodigio que para su desgracia se está haciendo mayor. Tiene como principal afición, además de mandar cartas a las revistas GEO y National Geographic, escribir relatos. No para. Yo intento mantenerle ocupado en otras actividades pero títulos como “Carguero”, “Campo de concentración” o “Dulce Teresa, valiente Victoria”, confirman mi fracaso. A José Félix le sucede Joseba, también conocido como Arrastión. Su preocupación actual es que el domingo va a ir a setas y su hermano ha quedado con siete amigos más. “¿A setas nueve personas?, conmigo que no cuenten”, así hasta que llegue el domingo. De mi jefe no hablo no vaya a ser que por equivocación pulse alguna tecla del ordenador y le aparezca esta página. Luego está Desmon, las chicas de mi oficina, los chicos, los compañeros de francés, los del gimnasio, por no hablar de los que escriben comentarios en esta página. Y mi ex-mujer, mis vecinos, mi familia, los del txoko, los de San Mamés...Como veis no hablo por hablar. Tengo información.
Un libro: “Villa Triste”, de Patrick Modiano
Una película: “(500) días juntos”, de Marc Webb
Una canción: “Zaindu Maite Duzun Hori”, de Ruper Ordorika
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una gente majisima
ResponderEliminarpues sí Felix , si.
ResponderEliminarMi sicoanalista dice que a mí no me pasa absolutamente nada.
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