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martes, 10 de mayo de 2011
Pedro
Ayer estuve a punto de ir al gimnasio. Y al cine. Después de una siesta reparadora, opté por pasear por Bilbao, una de mis aficiones favoritas, aunque no son los mejores días para recorrer sus calles. Si no estás atento te endosan una rosa, un caramelo o un bolígrafo, o un paquete con el lote completo. No podría ser político. Hay que estar hecho de una pasta especial para tener el valor de salir a la calle e ir de enrollado con la que está cayendo. Mucho te tienes que jugar para no importante hacer el ridículo de esa manera. Cómo os iba diciendo, me gusta pasear por Bilbao y una de mis paradas obligatorias es la Alhóndiga. Su atrio, oscuro como si tuviera algo que esconder, es uno de los espacios de la ciudad donde me siento más a gusto. Me transmite una paz que me cuesta encontrar en otros lugares. Y luego está la tienda, llena de cosas tan bonitas como inservibles. Hasta las botellas de vino parece que están hechas exclusivamente como objeto decorativo. Y allí, en la Alhóndiga, me encontré con una cartel que anunciaba un ciclo sobre el cine de Pedro Almodóvar. Y, para mi sorpresa, veo que se trata de una retrospectiva que comenzó la semana pasada. Y yo sin enterarme. Ahora que Cannes acoge su nueva película, “La piel que habitó”, es un buen momento para conocer la filmografía completa, sus 17 largometrajes, de uno de los directores más personales del cine contemporáneo. Ya se han proyectado “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” y “Laberinto de pasiones”. Esta semana se pueden ver “Entre tinieblas” y “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”. Las proyecciones son los jueves y viernes y el precio de la entrada es de 3,5 euros. Almodóvar es de los pocos directores actuales que te pueden sorprender. E irritar. Películas imperfectas con momentos sublimes. Como la vida misma.
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Ya escribí sobre la última película de Pedro Almodóvar, "Los abrazos rotos": "Ayer vi "Los abrazos rotos" y todavía estoy en estado de shock. Almodóvar ha enloquecido y su película lo corrobora en cada plano: diálogos imposibles, situaciones al borde del sonrojo, personajes incalificables, un triple salto mortal sin red. La película es un despropósito de libertad. Almodóvar sitúa a sus personajes al borde de un precipicio y consigue, sin duda, momentos mágicos, incuestionables...y otros que ruborizarían al mismisimo Ed Wood. A mi me gusta "Los abrazos rotos"".
ResponderEliminarNormal que te guste...también estas al borde del precipicio
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