Miento cuando digo que las series de televisión me producen más satisfacción que las películas que llegan a las salas de cine. Lo que ocurre es que me resulta más cómodo no moverme del sofá. Los años no pasan en balde. Enero es un buen mes para quitarse la modorra y acercarse a ver las películas como dios manda. No hay excusa, en los próximos días se van a estrenar las nuevas películas de Spielberg, Haneke, Tarantino, Bigelow y Anderson, además de una cuantas producciones europeas con pedigrí. Hablando de cine europeo, tengo que añadir un título a lo mejor que he visto en 2012: "Un amour de jeunesse", de Mia Hansen Love, una maravillosa historia de amor fou que vi la semana pasada en Digital + y que recomiendo a todos los interesados en un subgénero que ha dado obras maestras como "Carta a una desconocida" o "La mujer de al lado". Imprescindible.
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