De entre todos los premios Oscar que se entregaron ayer me alegré especialmente de dos, el de Jennifer Lawrence por su interpretación en "El lado bueno de las cosas", talento a raudales con apenas 20 años, y el de mejor actor secundario (?) para el genial
Christoph Waltz por "Django desencadenado". Dos príncipes de su oficio, que diría el añorado Ángel Fernández Santos.
Totalmente de acuerdo.
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