Antes, cuando era joven, no hace tanto, viajaba con frecuencia a Madrid, unas veces por trabajo y la mayoría de juerga. Como Anasagasti, más o menos. Los años pesan, por lo que he espaciado las visitas y solo me acerco hasta Madrid si hay algún motivo excepcional que justifique el esfuerzo. El fin de semana pasado se dió una de esas circunstancias especiales y no me quedó otra que hacer la maleta. Un viaje relámpago pero con el tiempo suficiente para darme cuenta de que soy de pueblo y que así moriré. En una comida con amigos y conocidos oí a uno de ellos decir que a él no le parecía mal que Albert Rivera fuera un cocainómano -no dijo ni presunto- porque así "por lo menos conoce de lo que habla". Decidí no intervenir y así no estropear la fiesta de la democracia en que se había convertido la mesa de un restaurante coreano regentado por andaluces, Uno que tenía sentado a mi lado dijo que lo que más le jodía era la hipocresía. Y añadió: "Como esa presentadora de televisión con la que he estado yo en un baño metiéndome rayas y ahora se escandaliza por todo". Otro día, alguien habló de que nosequién, alguien muy cercano, se había follado a Naomi Campbell, a lo que otro contestó con un "y fulanito, otro colega, a"... dejémoslo en una conocidísima presentadora de televisión felizmente casada. No, no era la cocainómana, aunque visto lo visto no seré yo el que ponga la mano en el fuego por nadie. Los madriles...
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jueves, 10 de diciembre de 2015
Los madriles...
Antes, cuando era joven, no hace tanto, viajaba con frecuencia a Madrid, unas veces por trabajo y la mayoría de juerga. Como Anasagasti, más o menos. Los años pesan, por lo que he espaciado las visitas y solo me acerco hasta Madrid si hay algún motivo excepcional que justifique el esfuerzo. El fin de semana pasado se dió una de esas circunstancias especiales y no me quedó otra que hacer la maleta. Un viaje relámpago pero con el tiempo suficiente para darme cuenta de que soy de pueblo y que así moriré. En una comida con amigos y conocidos oí a uno de ellos decir que a él no le parecía mal que Albert Rivera fuera un cocainómano -no dijo ni presunto- porque así "por lo menos conoce de lo que habla". Decidí no intervenir y así no estropear la fiesta de la democracia en que se había convertido la mesa de un restaurante coreano regentado por andaluces, Uno que tenía sentado a mi lado dijo que lo que más le jodía era la hipocresía. Y añadió: "Como esa presentadora de televisión con la que he estado yo en un baño metiéndome rayas y ahora se escandaliza por todo". Otro día, alguien habló de que nosequién, alguien muy cercano, se había follado a Naomi Campbell, a lo que otro contestó con un "y fulanito, otro colega, a"... dejémoslo en una conocidísima presentadora de televisión felizmente casada. No, no era la cocainómana, aunque visto lo visto no seré yo el que ponga la mano en el fuego por nadie. Los madriles...
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