Mejor

La semana pasada comenté que me cantaba muy mala hostia. Tenía ganas de insultar pero no encontraba ni el momento ni las personas adecuadas. Y es sabido que a la bilis, como a lo otro, es conveniente darle salida con frecuencia. Pues bien, el sábado fuel el día y una cena de parejas el momento oportuno para escupir el alien que llevaba dentro. Las víctimas están tan acostumbradas a mi mala gaita que casi ni se enfadaron conmigo. Yo me quedé mucho mejor, dónde vas a parar, y ahora incluso hago amago de reír, Sin exagerar, eso sí...