Lo prometido...

Por hablar, y no quedar como un bocazas, aquí tenéis el artículo que Jaime Rosales ha escrito hoy en el periódico El Mundo, titulado "Sobre coches y leyes".
"Mientras en Francia crece el número de espectadores, aquí la cuota de pantalla se desmorona (menos del 10%). Me propongo escribir sobre todo lo que ha pasado últimamente en la industria del cine español. Me viene a la cabeza una anécdota. El pasado verano, mi mujer completó unos cursos de formación Montessori en París. Estuvimos dos meses viviendo allí pues en España ese tipo de formación no se da. Camino de regreso en coche, algo me llamó mucho la atención. Al llegar a España, de repente, había muchos más BWW, Audi y Mercedes que en las carreteras francesas. En Francia predominan los turismos más modestos y, preferiblemente, franceses: Renault, Citröen, Peugeot. En España somos mucho más ricos, claro. Por eso tenemos mejores coches. Los mejores. Coches alemanes, por supuesto. Coches de lujo. En España hay mucha más gente que tiene un BMW, un Audi o un Mercedes que, por ejemplo, gente que haya leído El Quijote, Hamlet o La Divina Comedia. Hubo un tiempo en el que, en España, había más gente que había leído El Quijote al número de gente que poseía un coche de lujo alemán. Pero eso fue hace mucho tiempo. Era cuando España era pobre. Por suerte, ahora ya no es así. También hay en España, más gente que tiene un BMW, un Audi o un Mercedes que gente que haya visto una película de Godard, Erice o Cassavettes. Eso siempre fue así. A los españoles nunca les ha gustado el cine. Y menos el de Godard, Erice o Cassavettes. Hay, en España, mucha más gente que tiene un BMW, un Audi o un Mercedes que gente que haya visto la Casa Fansworth, escuchado la Tercera sinfonía de Mahler o visitado CHillida Leku. Y es que en España hay muchos, muchos, pero muchos, muchos BMW, Audi y Mercedes. En Francia, en cambio, hay muchos menos. Yo lo puedo asegurar. Lo he visto. Pobres franceses. No saben lo que se pierden. La conducción. Los asientos de cuero. La fiabilidad. El equipamiento. Todo es tan fantástico en un BMW, un Audi o un Mercedes...¡es un sueño! Y los españoles, muchos de ellos, han hecho ese sueño realidad. Otros todavía, no. Pero yo tengo mucha fe en mi país. En mi gente. Estoy seguro que lo conseguirán. Las medidas de estímulo de la compra de coches se han acabado. ¡Qué lástima! Ya vendrán más ayudas. En Francia, hay más gente que ha visto una película de Godard, incluso de Erice, que gente que tiene un BMW. También hay más gente que ha leído a Pascal, a Proust, a Joyce y a Steinbeck que gente que tiene un Audi. Por supuesto, hay más gente que ha ido a ver el Museo Rodin, o una ópera en la Bastille que gente que tiene un Mercedes. Pero es que a los franceses no les gustan los coches de lujo alemanes. No. Es extraño. Es incomprensible. Con lo fantástica que es la conducción. Los asientos de cuero...No hay explicación. España es la novena economía del mundo. En España no hay una sola universidad entre las doscientas mejores del mundo. Y eso, ¿qué tiene que ver con toda esta polémica que se ha abierto estas últimas semanas en torno al cine español? Nada. Y ahora tengo que dejarles. Llego tarde a recoger a mis hijas al colegio. Menos mal que tengo un Audi. Es un coche realmente fantástico. Cuando bajaba en verano de París a Madrid adelantaba a todos los coches franceses. Lo dicho: un coche fantástico. Una delicia".