Las chaquetillas blancas están de luto

Pasar de los cincuenta tiene bastantes inconvenientes. No voy a enumerarlos todos ahora porque no andamos tan bien de tiempo. Lo que peor llevo es el maldito dolor que siempre está presente, que si el codo, que si la rodilla o, como me ocurre últimamente, el dedo gordo del pie izquierdo. Recuerdo una época en que me dolía un huevo y en mi peregrinar por diferentes centros médicos siempre obtenía la misma respuesta: “no tienes nada”. El último profesional al que visité consiguió tranquilizarme: “el día en el que te levantes de la cama y no te duela nada es que te has muerto”. Me curó. En estos momentos acabo de descubrir otro de los problemas de la edad: no recuerdo a qué venía lo escrito anteriormente. Ya me acuerdo. Lo que quería decir es que haber vivido muchos años tiene el plus de la experiencia. Me refiero a que entre bostezo y bostezo ha habido también tiempo para el disfrute. Y dos de mis diversiones favoritas son la gastronomía y el fútbol. Hablo de ellas porque la muerte del cocinero Santi Santamaría y la despedida del futbolista Ronaldo me han hecho recordar algunos momentos vividos. De Ronaldo decir que es el mejor delantero centro que he visto pisar un campo de fútbol. Ni las malditas lesiones pudieron esconder su magia. De Santi Santamaría no puedo hablar de primera mano pero la noticia de su muerte me ha hecho rememorar veladas inolvidables gracias a la cocina de Juan Mari Arzak, Andoni Luis Aduriz, Daniel García, Eneko Atxa, Josean Martínez Alija o Víctor Arguinzoniz. Me tomaré hoy una copa en su memoria.

“Estoy triste, muy triste. Ha fallecido Santi Santamaría, un compañero. Un cocinero de raíces profundas, creía y vivía su oficio, polémico, natural, defendía su verdad, que es la verdad de muchos. Las chaquetillas blancas están de luto. Un referente en la cocina moderna y de todos los tiempos. Compañero has dejado huella de tu oficio, de tu buen saber hacer. Estoy muy triste porque nos has dejado. Tenemos el deber de recoger tu antorcha y seguir el camino por ti emprendido”. DANIEL GARCÍA