Tengo un amigo que un día me dijo "me alegro por Mel". Se refería a Mel Gibson y a su éxito en los Oscar con "Braveheart". Esa familiaridad era lógica, si tenemos en cuenta que mi amigo también se dedicaba al cine. Trabajaba de taquillero. Ayer me tocó a mí utilizar la frase con otro amigo y otro referente, Bong Joon-ho, el director de "Parásitos". "Me alegro por Bong", le dije con evidente sorna a mi colega. Y la verdad es que es una buena noticia que la gente se entere de que hay más cine que el que consume habitualmente. Y que, además de exóticas, ciertas propuestas pueden depararles grandes momentos de felicidad. Yo me lo pasé muy bien con la película del director coreano, una mezcla de géneros que funciona, con un reparto espectacular. Gran cine, lo que no es ninguna novedad si se conoce la obra anterior de Bong Joon-ho. Lo más llamativo del éxito de "Parásitos" en los Oscar es que ha ganado compitiendo con los dos cineastas que más le han influido: su maestro Martin Scorsese y el gran defensor de sus películas en Estados Unidos, el inmenso Quentin Tarantino. No lo digo yo, lo dijo mi amigo Bong al recoger el Oscar como mejor director. Un día para la historia del cine.
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