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sábado, 25 de abril de 2020

Fobia social




Yo ya es que no doy más de sí. Disparan con bala. Siento animadversión a hablar por teléfono. Lo llevo como puedo. En el trabajo se soluciona con un "está reunido" y en la vida personal con no coger y punto. Estos días en los que la gente necesita contacto con sus personas más queridas, yo solo hablo con mi madre. Como vivimos tiempos raros, el otro día me envalentoné y cogí una llamada y, no te jode colega, que era una video llamada y no solo escuchaba la voz sino que también veía la jeta de mi interlocutor. ¿Quería saber de mí? Por supuesto que no, solo quería joder y ponerme de los nervios. Hoy, sin ir más lejos, cuando he encendido el móvil por la mañana, tenía un mensaje de voz de ocho, eternos, minutos. Claro que no le he dado al play, en mi vida he dedicado yo ocho minutos de atención a algo, pero esa persona estará feliz porque sabe que ya me ha amargado el día. ¡Cabrones! ¡Qué tengo fobia social!

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