Ha hecho muy bueno...

Creo que tengo poderes. Siempre que vuelvo de vacaciones está lloviendo. Hasta aquí nada digno de resaltar. Lo extraño es lo que viene después. Ante mi ya tradicional “¿Aquí nunca sale el sol?”, siempre la misma respuesta: “Ha hecho muy bueno”. Esta vez superada con “hasta hace una hora lucía un sol radiante”. Lo normal entonces es que al día siguiente vuelva a salir. Y no, más sirimiri. Y así los siguientes diez días. ¿Sólo saldrá el sol cuando estoy a más de 500 kilómetros? ¿Y sí me voy de vacaciones a un lugar frío también repercutirá en el clima de Euskadi? Huele raro. No quiero decir yo que me estén mintiendo. Dios me libre. Este año lo primero que hice nada más llegar es ir a un cajero automático. Mientras realizaba las operaciones pertinentes dos mujeres charlaban a mi lado. Mujer A pregunta a B: “¿Qué tal el otro día?”. “Llovió y...”. A interrumpe a B con un elocuente “¿Llovió?” (pon todo el énfasis posible en la pregunta, como regocijándote). “Bueno, no. Salió el día lluvioso...”. Mientras B continuaba con su relato de un día lluviosos que no llovió me fui para casa convencido de que igual más que poderes lo que ocurre es que el clima es juguetón. ¿Aquí nunca sale el sol?

Un libro: "Barrio Cero", de Javier Reverte
Una película: "Los paraguas de Cherburgo", de Jacques Demy
Una canción: "Tonight we fly", de The Divine Comedy