Memoria

No quería hablar de la entrevista a Arnaldo Otegi publicada en  El País hace dos semanas. No es este el lugar para hablar de ciertos temas. Pero es que es muy difícil cuando uno lee a los agoreros de siempre. Sobre todo me llama la atención la poca memoria que tenemos. Otegi contesta a las preguntas del periodista inglés John Carlin con demasiada frialdad, es cierto, y con algunas palabras grandilocuentes, también es verdad. Pero no hay que olvidar que son respuestas desde la cárcel a un cuestionario, no una entrevista cara a cara. Y lo importante no es como lo dice sino lo que dice. Y lo deja bien claro: con la violencia no se llega a ningún lado. Igual es que yo creo en su palabra más que en la de muchos de los que le cuestionan. ¿Qué no se arrepiente? Aquí no se arrepiente nadie de nada. ¿Alguien ha oído o leído a Aznar renegar de la guerra de Irak? Por no hablar del GAL, o de los que aspiran a gobernar incapaces de condenar el franquismo. Cuando se aprobó la ley de Memoria Histórica, el popular Ángel Acebes dijo que era una ley "dedicada a dividir a los españoles en vez de unirlos" y, añadió, "supone culminar una legislatura dedicada a terminar con lo mejor de nuestra historia, que fue la conciliación, la concordia entre todos los españoles". Cuando les interesa concordia y cuando no, pues no. Pues sí.