El día después

No recuerdo casi nada del día de Santo Tomás. No hay problema, siempre hay algún cabroncete que tiene una cámara para dejar constancia de lo acontecido. Acabo de ver en facebook una serie de fotos de la citada jornada festiva, una sucesión de imágenes en las que aparezco con cara de bobo y de borracho. Resaca y cara de bobo. La vida sigue.