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martes, 16 de enero de 2018

La vida es un disparate


Tengo sentado enfrente a un tipo que tiene un blog y me acaba de contar que no va al cine porque se le ha estropeado el ordenador. Y me dice que si no puede escribir sobre las películas para qué va ir a verlas. Qué se le dice a semejante persona humana. Un día me explicó que su blog tenía un montón de visitas diarias. Tampoco en esa ocasión tuve el valor de decirle que era él, que entraba cada cinco minutos. La vida es un disparate. Ayer, mientras esperaba al autobús que trae a mi hija del centro donde pasa el día, tenía a mi lado a unas señoras que también esperaban a sus hijos que volvían del colegio. Dos de ellas se enfrascaron en una conversación delirante. Se baja una niña de un autobús y una de las señoras le dice a la otra "vaya estirón que ha pegado tu niña". La otra le replica que "qué raro, si la vistes la semana pasada". Ante la cara de incredulidad de la primera, añadió "bueno, la verdad es que yo también he pensado al verla bajar cuánto ha crecido esta niña hoy en la ikastola". Y todas contentas. El domingo le pregunté a mi ex que qué tal estaba en su nueva casa. Me dijo que bien, aunque, precisó, "se oye bastante ruido". Ante mi extrañeza, es un ático en una calle sin vida comercial, me dijo que "oigo cuando le mandan los mensajes de móvil a mi vecino". Le contesté que es normal, que es un sonido muy insistente. "Es que lo tiene en vibrador", me replicó con cara de resignación cristiana. La intimidad ya no es lo que era.

"Nunca pegues a un hombre con gafas; pégale con un bate de béisbol". Anónimo

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