¡A la mierda!

Ayer lo tenía claro: hasta aquí hemos llegado. Demasiado ruido en el ambiente. Pensé en dejar de escribir para no participar en este despropósito en el que se ha convertido la vida en general y las redes sociales en particular. No pinto nada entre tanto insulto, tanta descalificación gratuita, tanta envidia, tanta mentira. Y luego está el revival franquista, como si la opinión de un miserable tuviera el mismo valor que la de una persona decente. En pleno bajón me dije que sí, que la vida es un asco, que ya vale, pero también pensé que es necesario destacar lo que verdaderamente merece la pena. Y aquí sigo, para contaros el lado amable de la vida, que es verdad que hay demasiado asqueroso suelto, pero nos vamos a olvidar de ellos. ¡A la mierda!, que diría mi admirado Fernán Gómez. Dos recomendaciones que ayudan a seguir de pie en este valle de lágrimas: la serie "El método Kominsky", con los inconmensurables Michael Douglas y Alan Arkin, y la película, "Buenos principios", tocada por la gracia de la maravillosa Charlotte Gainsbourg. Y luce el sol en Bilbao...