No pude resistirme y vi la gala de los Goya en la habitación del hotel de Berlín donde me hospedaba, vía web de TVE. Por lo menos no lo hice en el Raval, el bar que el actor Daniel Bruhl tiene en la ciudad alemana. Lo digo porque la mayoría de la prensa española desplazada a la Berlinale siguió la gala desde allí. Ver los Goya como si de un partido de fútbol se tratase tiene que ser la experiencia más patética que uno pueda imaginarse. Me alegré por el premio a Arri y Biafra y por los 8 galardones que se llevó "Las brujas de Zugarramurdi", para mi la mejor película española de 2013. El reconocimiento al film de Alex de la Iglesia resaltó aún más el ridículo -y la venganza- que supuso no incluir al de Bilbao en el apartado de mejor director y a su último film en el de mejor película. Por lo demás, lo esperado. Manel Fuentes es adecuado para ciertos programas de entretenimiento (?), pero la gala anual del cine español, por cutre que sea, le venía grande. Justo el premio al mejor actor a Javier Cámara -podía haber ganado cualquiera de los nominados- e incuestionable el de Marian Álvarez por "La herida", aunque mi debilidad era Inma Cuesta por su trabajo en "3 bodas de más". Emotivo el Goya para la gran Terele Pavez y no seré yo el que cuestione la calidad de la otra triunfadora de la noche, "Vivir es fácil con los ojos cerrados". Mi única reticencia a la película de David Trueba es el buenísmo del que están impregnados todos los fotogramas de una película, por otra parte, excelentemente rodada e interpretada. Yo también, como Trueba, creo en la educación, la cultura y la solidaridad como valores imprescindibles de una sociedad. Mala suerte haber nacido en el lugar equivocado.
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miércoles, 12 de febrero de 2014
Los Goya
No pude resistirme y vi la gala de los Goya en la habitación del hotel de Berlín donde me hospedaba, vía web de TVE. Por lo menos no lo hice en el Raval, el bar que el actor Daniel Bruhl tiene en la ciudad alemana. Lo digo porque la mayoría de la prensa española desplazada a la Berlinale siguió la gala desde allí. Ver los Goya como si de un partido de fútbol se tratase tiene que ser la experiencia más patética que uno pueda imaginarse. Me alegré por el premio a Arri y Biafra y por los 8 galardones que se llevó "Las brujas de Zugarramurdi", para mi la mejor película española de 2013. El reconocimiento al film de Alex de la Iglesia resaltó aún más el ridículo -y la venganza- que supuso no incluir al de Bilbao en el apartado de mejor director y a su último film en el de mejor película. Por lo demás, lo esperado. Manel Fuentes es adecuado para ciertos programas de entretenimiento (?), pero la gala anual del cine español, por cutre que sea, le venía grande. Justo el premio al mejor actor a Javier Cámara -podía haber ganado cualquiera de los nominados- e incuestionable el de Marian Álvarez por "La herida", aunque mi debilidad era Inma Cuesta por su trabajo en "3 bodas de más". Emotivo el Goya para la gran Terele Pavez y no seré yo el que cuestione la calidad de la otra triunfadora de la noche, "Vivir es fácil con los ojos cerrados". Mi única reticencia a la película de David Trueba es el buenísmo del que están impregnados todos los fotogramas de una película, por otra parte, excelentemente rodada e interpretada. Yo también, como Trueba, creo en la educación, la cultura y la solidaridad como valores imprescindibles de una sociedad. Mala suerte haber nacido en el lugar equivocado.
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