Para alguien que como yo nunca ha dedicado más de 15 minutos a una reunión de trabajo, es un enigma lo que ocurre en Cataluña. ¿De qué hablarán los representantes de la CUP y de Junts pel Sí en esas reuniones maratonianas que están celebrando en los últimos días? Cada grupo tiene claro cuáles son sus líneas rojas por lo que los citados encuentros deberían durar únicamente el tiempo necesario para los saludos de cortesia obligatorios, ante todo educación, algún comentario sobre el tiempo, la navidad o sobre la rivalidad entre el Barca y el Español. e informar que las posturas no han cambiado: unos, me imagino que en parte a su pesar, siguen poniendo a la cabeza del "proces" a Artur Mas y los otros exigen su cabeza como condición indispensable para apoyar a un candidato de Junts pel Sí. Todo lo que sea alargar el tiempo de reunión es entrar en lo que se llama "la cocina de la política", donde algunos se mueven más a gusto que otros. Las presiones que tienen que estar soportando los hombres y mujeres de la CUP tienen que ser inhumanas, no olvidemos que hablamos de gente que está en política para cambiar las cosas y no para medrar en la vida. Lo curioso es que algunos intentan hacer creer que si no es aquí y ahora se acaba el sueño de una república independiente. ¿Por qué de repente, cuando llevan toda una vida preconizando las virtudes del autonomismo, les ha entrado ese ansia independentista? ¿No será que anteponen su persona, y su futuro político, al de Cataluña? CUP, sé fuerte...
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