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martes, 5 de octubre de 2010
Crónica diaria
Comentaba ayer El crítico Larrauri que estoy perdiendo las buenas costumbres, que he dejado de recomendar libros y películas. Y es que cada día me cuesta más escribir esta pequeña crónica diaria. Mantener este juego se está convirtiendo en un quebradero de cabeza. Al principio las ideas fluían sin problema, unas más acertadas que otras, la mayoría sin mucho interés, aunque también sin ningún propósito por trascender de la mera anécdota. Las frases de Desmon o la hiperactividad de Adolfo, junto a mis devaneos amorosos y mis placeres menos ocultos, empiezan a sonar a más de lo mismo. Igual todo se reduce a que la fórmula se ha agotado. El problema está en que igual no tengo recursos para salir de este atolladero. De culto no puedo ir. Se notaría demasiado la impostura. Y tanta frivolidad empieza a cansar. ¿Habrá refugio para el fugitivo?
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el espectaculo debe continuar
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