Seguidores

jueves, 29 de agosto de 2013

De compras


Ayer me acerqué hasta el Fnac a comprar un libro que me habían recomendado, "Carver Country", una serie de relatos de Raymond Carver ilustrados con fotografías de Bob Adelman. Una delicatessen, que diría Desmon. Solo tenía un inconveniente, el precio, 28,90 euros, excesivo para bolsillos estrechos. Lo dejé en la estantería y fijé mi mirada en otro libro de relatos, de otro autor que tenía en mente, José Bergamín. La razón, un artículo de Juan Cruz en el último Babelia sobre el escritor madrileño. De José Bergamín siempre me ha interesado la persona, el eterno cascarrabias de la cultura española del siglo XX. De su obra solo había leído algunos escritos sobre toros, con un recuerdo especial a un texto sobre el torero Rafael de Paula. Eran otros tiempos, cuando yo era un asiduo a la plaza de Vista Alegre y José Bergamín andaba por Hondarribia lanzando todo tipo de diatribas contra España y los españoles. Tampoco compré el libro del atrabiliario Bergamín. Últimamente miro demasiado el euro. Al final me decidí por otro que estaba a su lado, una edición de bolsillo de "Shakespeare nunca lo hizo", donde Charles Bukowski relata con su estilo habitual un viaje de promoción por Europa. Un descojono.

“Nunca me sentí solo. He estado en una habitación, me he sentido suicida. Estuve deprimido, me he sentido horrible más allá de lo descriptible, pero nunca pensé que una persona podía entrar a una habitación y curarme. Ni varias personas. En otras palabras, la soledad no es algo que me molesta porque siempre tuve este terrible deseo de estar solo. Siento la soledad cuando estoy en una fiesta, o en un estadio lleno de gente vitoreando algo. Citaré a Ibsen: ‘Los hombres más fuertes son los más solitarios’. Nunca pensé: "Bueno, ahora va a entrar una rubia hermosa y vamos a garchar, y me va a frotar las bolas, y me voy a sentir bien". No, eso no iba a ayudar. Viste cómo piensa la gente común: ‘Guau, es viernes a la noche, ¿qué vamos a hacer? ¿Quedarnos acá sentados?’. Bueno, sí. Porque no hay nada allá afuera. Es estupidez. Gente estúpida mezclándose con gente estúpida. Que se estupidicen entre ellos. Nunca tuve la ansiedad de lanzarme a la noche. Me escondía en bares porque no quería esconderme en fábricas. Eso es todo. Les pido perdón a los millones, pero nunca me sentí solo. Me gusta estar conmigo mismo. Soy la mejor forma de entretenimiento que puedo encontrar”. Charles Bukoswki habla sobre la soledad, en una entrevista que Sean Penn le hizo para la revista Interview.

1 comentario:

  1. No sé el motivo, pero los tres libros estaban en la sección ENSAYOS. Siempre me he dicho a mi mismo que no podría trabajar en otro sitio que no fuera donde trabajo desde hace 20 años. Creo que me equivocaba, en el Fnac también podría...

    ResponderEliminar