Para comer, beber y pasarlo bien

Se acaba el año y toca hacer balance gastronómico. En cuanto a restaurantes, nada que añadir a lo expuesto el año pasado por estas mismas fechas. En Bilbao, donde daban de comer bien lo siguen haciendo y donde no había fundamento, éste sigue brillando por su ausencia. La única novedad reseñable es el Colombo, tanto por la carta, con platos de cocina internacional, como por el diseño del local y unos precios que no ofenden. El único pero que le veo es que solo dispone de dos cervezas en la carta, algo ilógico en un local de esas características. Incluye carta de cócteles, una rareza en Bilbao. Donde si ha habido más movimiento es en el tema bares. Quiero destacar tres, el Galipó, el Trimmer y La Camelia, tres locales muy diferentes que cuentan con cada vez más parroquianos fieles. El Galipó es un bar de diseño vintage -lo siento, pero no he encontrado una palabra que mejor lo defina-, con un público joven, tirando a hipster,  y donde sirven unas estupendas raciones frías: quesos, embutidos, tartar de atún, coca de mozarella o unos deliciosos mejillones preparados de una forma muy particular. Lo mejor es que los pruebes. El Trimmer es otra cosa, un bar-tienda de ropa, dirigido a un público con posibles  y que tiene como principal reclamo el vermú. Como curiosidad, ofrecen un pack para llevar a casa compuesto por vermú, patatas fritas, salsa de aperitivo y berberechos. Local sin alardes de diseño, pero con todo colocado en su sitio. Por último, La Camelia es una tienda gastronómica-bar especializada en sushi bio-vegetal, con una cuidada decoración y una amplia carta de cervezas. Está situada en el Casco Viejo, al lado de la calle Santa María. En resumen, tres opciones diferentes, alejadas de las modas de bares de pintxos que tanto abundan por la ciudad, unidas por el buen gusto y la calidad del producto que ofrecen. Para comer, beber y pasarlo bien.