Llevo 22 años en la misma empresa y por fin he conseguido uno de mis objetivos: que a nadie se le ocurra plantear una posible comida en Navidad. Hace muchos años que no la celebramos, pero siempre hay algún malnacido que lo propone. Este año nadie ha tenido el valor de hacerlo. Y es que cualquier día iba a pasar algo. Cuesta, pero al final la sensatez se acaba imponiendo. Es un trabajo arduo, a veces en soledad, y que puede llevar años, pero merece la pena. Todo sea por no aguantar al jefe o al clásico enrollado que se viene arriba en estas fechas tan señaladas. Tú también puedes conseguirlo. Podemos.
Yes, we can, como diría Obama en las cenas de empresa del partido demócrata.
ResponderEliminarPues yo llevo 13 años yendo a la cena de empresa y me lo paso de primera...Solo estoy yo en la empresa así que nadie cuestiona el menú, no tengo que aguantar la brasa de nadie y ninguno/a se queda con el bote...
ResponderEliminarCuánta palabra necia puede salir de una sola boca.
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