Rutina excitante

La liamos. Lo que en un principio no era más que una reunión rutinaria para beber una botellita de vino y picar algo, se convirtió en un guirigay absurdo lleno de despropósitos verbales y gastronómicos. Por no hablar de las botellas de Balthus y Allende que nos bebimos. Había quedado en el Museo del Vino con Desmon, Mikel y Gudari. Cita ineludible de los jueves. Al grupo se unió Txutxi, una de esas personas que parece que huele donde hay jarana. Estuvimos en una esquina de la barra durante tres horas y media. Ni nos sentamos. Pasamos revista a diversos temas locales, estatales e incluso internacionales, con especial énfasis en el día a día del sudeste asiático. La foto de Alex de la Iglesia con ese pedazo de monarca que es Juan Carlos ocupó parte importante de la conversación. Es la portada de la revista de la Academia de Cine (En la foto que encabeza este texto no hay ningún rey, pero si mucha reinona). Cuando parecía que ya no había nada más que comer, beber y discutir, le da al “calvo de la lotería” por juntarse al grupo. Apareció por el Museo con los hermanos Thate y algunos políticos del ayuntamiento. Qué más quieres. Lo de la rutina excitante parece que es posible. Todo es absurdo.

Un libro: "Un rey golpe a golpe", de Patricia Sverlo
Una película: "La vida cambia", de Alvar Gordejuela Salaverri
Una canción: "Balada triste de trompeta", de Raphael