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viernes, 14 de agosto de 2015

Viejuno


Aunque sigo vistiendo como un chaval, empiezo a asumir con normalidad las tareas propias de mi edad, signos evidentes de que el deterioro es irreversible: cuido de mis plantas, hago crucigramas y reniego de varias de mis pasiones juveniles. La Aste Nagusia, las fiestas de Bilbao, por ejemplo. Veo desde mi balcón, "desde mi ventanita florida", que diría una escritora de novelas rosas de la posguerra, como han empezado a montar las txoznas en el Arenal y me entra una mala ostia... Las mismas canciones de mierda de siempre, gente disfrazada sin ningún criterio, algún día hablaré de los que lo hacen con criterio, que ésos si que son gentuza, y el asfalto pringoso y pegajoso por la mezcla de kalimotxo y cerveza con litros de meadas populares... por no hablar de los sobrevalorados y aburridos fuegos artificiales. Estoy convencido de que si cobraran un euro la entrada para verlos no iría ni dios. O sí, yo qué sé... Os dejo que mis plantas necesitan mimos.

1 comentario:

  1. Muy bien, Padre Mundina. Las plantas si que nos comprenden...

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