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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mi semana donostiarra


Me preguntan que qué tal por San Sebastián y voy y os lo cuento. El cine está muy malito. Lo digo después de pasarme una semana viendo muchas películas y poco cine, un diagnóstico que vale tanto para las películas de la sección oficial,  a la que ya hace años le abandonó el desodorante, como para el resto de apartados, incluido el de Perlas, sección que recoge lo mejor de lo proyectado durante 2015 en los más distinguidos festivales. Encontrar a lo largo de 8 días una película que te remueva y te sorprenda ha sido una tarea de héroes. A mi me ocurrió en una ocasión, con "El club", película dirigida por el chileno Ricardo Larraín y que inauguró la sección Horizontes Latinos. Otras películas, que sin llegar a la excelencia de la de Larraín, han elevado el nivel han sido "Irrational Man", un película menor pero simpática de Woody Allen; "El clan", una sorprendente historia basada en hechos reales y contada con pulso por el argentino Pablo Trapero; "Yo, él y Raquel", ganadora en Sundance , una vuelta de tuerca, original y con humor, de ese género que algunos han llamado "cine de enfermos" y "Sicario", una nueva demostración del talento de Denis Villeneuve, aunque con un final decepcionante. También pude ver las nuevas películas de mis admirados Arnaud Desplechin y Jia Zhang-Ke, buenas pero no arrebatadoras, y "Hitchcock-Truffaut", un documental rodado con motivo del 50 aniversario de la publicación del libro de Francois Truffaut, "El cine según Hitchcock", y que recoge las opiniones sobre estos dos maestros del cine de algunos de los mejores directores contemporáneos, como Scorsese, Fincher, Linklater, Desplechin, Schrader, Assayas, Anderson o Gray. Y esto es todo lo reseñable de esta edición del Zinemaldia. Por último, dos apuntes gastronómicos. En pintxos, pocas novedades. Desde el cierre del mítico "Aloña Berri" hay un vacío que nadie ha conseguido todavía llenar. Dos imprescindibles, los clásicos La Bodega Donostiarra y La Viña. En plan más serio, para zampar con fundamento, el Urola, en la parte vieja, y el MB El Garrote, un caserío a las afueras de la ciudad que Martin Berasategi y David de Jorge han convertido en un templo de obligada peregrinación. Y ésto es todo amigos...

He visto muchas más películas, entre ellas "Mi gran noche", de Alex de la Iglesia. Pero de ésta no opino porque a los que he dicho que es una película muy divertida, arriesgada, con momentos y personajes memorables y con algunos actores en estado de gracia, me han contestado que no soy objetivo. Vale, pues no digo nada...

1 comentario:

  1. Joder, como tiene que ser. Has empleado mas lineas para hablar de jamada que de cine.

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