Pesadilla

Debería de distanciarme de la actualidad política. Hay señales que así lo indican. Sin ir más lejos, el sueño que he tenido hoy. Me levantaba como siempre y a la hora de siempre, cogía el metro en el horario habitual, me sentaba en el asiento del mismo vagón de todos los días y la cosa, enseguida, se empezaba a torcer. Una mujer sentada enfrente me susurra algo para mi inexplicable, "había guardería". Le pregunto si quería decirme algo y me contesta "en el Congreso hay guardería, allí crió a sus hijos Carmen Chacón, entre otras muchas". Desconcertado ante las palabras de la citada señora, miró a mi derecha y un señor sentado a mi lado me comenta que "la progresía no está reñida con la ducha". Incrédulo ante lo que estaba ocurriendo, me levanto para cambiarme de asiento y noto como que todas las personas allí presentes quieren decirme algo. Del fondo del vagón se levanta un cuarentón que me grita "¡el Congreso no es un plató de televisión!". Agobiado ante el cariz de los acontecimientos decido bajarme, aunque falten tres paradas para llegar a mi destino. Se abren las puertas y al salir me cruzo con una chica que me para y me dice "lo verdaderamente revolucionario sería que fuera un hombre el que lleve a su bebé al Congreo". Esto último me ha dejado en estado de shock al unir las palabras de la viejoven con la imagen de Mariano Rajoy amamantando una criatura en su escaño del Congreso, con discreción, eso sí. En el andén me he empezado a tambalear hasta caer al suelo y  me he despertado en la cama, con sudores fríos, calientes y templados, al lado del !canario de las rastas! que me pregunta "¿te pasa algo, cari?"... Grito sordo y fin del sueño. Tengo que distanciarme. Hoy me apunto al gimnasio...