"Se me ha metido el frío en el cuerpo. Esperemos que sea el frío y no la muerte", me ha dicho un tipo que tenía sentado a mi lado en el bar donde tomo el café antes de ir a trabajar. Se nota que es Navidad y la gente está más optimista. Se palpa en esos pequeños detalles. Me da que 2018 va a ser un buen año. Ya sé que ayer escribí lo contrario, pero es que por la tarde me encontré con un viejo amigo y me dijo que el próximo va a ser nuestro año. El suyo, el mío y el vuestro. Me dijo que todo es proponérselo. Llamadme ingenuo, pero me convenció. Y en ello estoy. Ayer por la mañana dije que no iba a volver a leer un libro y por la tarde me compré uno con un pinta estupenda. Se titula "El club de los mentirosos", de Mary Karr, y después de leer apenas 10 páginas sé que me va a ayudar a ver la vida de otro color. Os lo recomiendo. Y como quiero que me acompañéis en mi viaje sin retorno hacia la felicidad, no os podéis perder la serie "1993", continuación de "1992", un relato apasionante sobre los meses previos a la llegada al poder de Berlusconi en Italia. Al contrario que en cualquier serie española sobre nuestro pasado reciente, en "1993" todo resulta creíble, incluido un sobrio y astuto Silvio Berlusconi, muy alejado del bufón y patán que nos han vendido los medios de comunicación. Y para terminar, una película, "Los archivos del Pentágono", la nueva de Steven Spielberg, un director prodigioso, se pongan como se pongan sus detractores. Un libro, una serie y una película... la felicidad está en los pequeños detalles.
"Todo hombre tiene que creer en algo: yo creo que me darán otro trago". W. C. Fields
