Dignidad

Mientras veía el domingo "Salvados" me acordé de la película "Carlos" y de cómo me llamó la atención una de sus secuencias, en la que unos hombres de dirigían en autobús, o tranvía, no recuerdo bien, a cometer un atentado disfrazados de revolucionarios y con actitud de "abran paso, que vamos a liarla". Resultaba, con una mirada actual, increíble.  Lo recordé antes de ayer, mientras uno de los autores del atentado contra Santi Brouard le relataba a Jordi Évole cómo se organizó y perpetró el asesinato del dirigente de Herri Batasuna aquel 20 de noviembre de 1984. Imborrable como describía su entrevista previa al acto con un teniente coronel de la guardia civil cubierto éste con una bolsa de plástico de El Corte Inglés, con dos agujeros para los ojos, y así salvaguardar el anonimato. Se estaba narrando un hecho gravísimo y no pude contener la risa. España es así, entre la tragedia y la comedia, puro esperpento. Al final del programa apareció Rafael Vera para dejar claro que los "generales" nunca se arrepienten de sus actos, mientras que los pobres, y magullados por la vida, soldados, como Rafael López Ocaña, único condenado por la muerte de Brouard, sí. Dignidad, creo que se llama.