La vida puede ser maravillosa

El mundo es suyo y nos han invitado a participar. Disfrutar de ese privilegio requiere unas normas que cumplir. Si asumes la realidad como es, eres obediente y no molestas, la vida puede ser maravillosa. Si lo que pretendes es poner en cuestión ese paraíso artificial, los vas a tener en contra y eso sabemos todos lo que significa. Por si se nos olvida, nos lo recuerdan casi a diario. Ayer fue la sentencia de la Audiencia de Navarra, seguro que ajustada a Derecho, al suyo, lo del voto discordante es puro delirio, sobre la que no me extiendo porque creo que está todo dicho. Da igual que la condena sea injusta, es una anécdota más de una guerra cruenta. El 8 de marzo de 2018 pareció como que se había llegado a la cima de una montaña cuando la realidad es que solo se había comenzado a andar. Ayer quedó claro que la justicia no ampara a las mujeres, aunque creo que ellas ya lo sabían: las quieren  calladas y sumisas. Y en poco tiempo llegará la sentencia de lo que se conoce como el caso Alsasua, la pelea en un bar entre vecinos de ese municipio con dos guardias civiles y sus parejas. El fiscal acusa a ocho de esos vecinos de terrorismo, por lo que les pide penas de más de 370 años de cárcel. Da igual que nuevas pruebas cuestionen seriamente la versión policial, la condena tiene que ser ejemplarizante y así será. Ninguna broma al respecto. Lo peor de este caso es que los medios son solo el altavoz de una parte y da la sensación de que a la opinión pública le resbala lo que está ocurriendo. Son los malos y tienen que pagar por ello. La  justicia como venganza, lo que también sucede en Cataluña con los políticos presos y exiliados. Da lo mismo que la justicia europea cuestione la instrucción que se lleva desde Madrid, o que estemos ante un caso con un fondo inequívocamente político y que requiere de una solución política, el que pone en cuestión el sistema lo paga y punto. El mensaje es claro, la vida pueden ser maravillosa, de ti depende...