Charlie Harper

Ayer, en un episodio de la serie “Dos hombres y medio”, me hicieron reír. La situación era la siguiente (más o menos): Charlie Sheen creía que estaba muy enfermo. Durante todo el capítulo se dedicó a renegar de su vida anterior, de golfo, borracho y mujeriego, buscando el perdón y el amor de los más cercanos. Al final, descubre que estaba equivocado y que de enfermo, nada de nada. En la última imagen se le ve en la terraza de su casa de Malibú, haciendo una barbacoa junto a dos macizas en bikini. Desde el interior de la casa, su hermano comenta a la señora de la limpieza: “ahí le tienes, bebiendo, fumando, retando al futuro. En cambio yo, voy a comer a un restaurante mexicano, bebo dos cervezas y al día siguiente cago sangre”. A mi me hace gracia. Será que me he visto identificado. Como Charlie, por supuesto.