Los Goya

No, no he estado en los Goya, ni en ninguna fiesta digna de mención. Después de la convención de las Arenillas me vi inmerso en un congreso internacional de artes escénicas, donde se habló principalmente de cómo atraer público a las salas y de que luego no se vayan. Que vuelvan, quiero decir. Y desde el viernes convivo en armonía con mi hija Nerea. No es que se haya escapado de casa, lo que ocurre es que su madre está en Londres de viaje de estudios con los alumnos y no vuelve hasta el viernes. Aunque no estuve en Madrid sí seguí la gala de los Goya por televisión. Y reconozco que hubo momentos que me resultaron emocionantes. Ver a Jorge y a Mapa recoger su premio. El recuerdo de Mapa a Javierín, recientemente fallecido o la mención a la también desaparecida Mamen Moya. Y alegría de nuevo al ver a Nieves, a Pepón o a Arantza. Por no hablar del discurso del presidente. Y por último, un recuerdo. Hace 17 años organizamos en Basauri el Primer Maratón de Cine Para Gente Curtida. Fue en febrero, como los Goya. ¿Por qué volver a hablar de ello ahora? El domingo, en el Palacio de Congresos de Madrid se encontraban tres de las personas que participaron activamente aquel día: Alex de la Iglesia, Santiago Segura y un jovencísimo crítico de cine que se desplazó expresamente desde Madrid, Daniel Monzón. Una noche emocionante.
La foto es del rodaje de "Balada triste de trompeta".

Un libro: "Sigo diciendo", de Andreu Buenafuente
Una película: "Balada triste de trompeta", de Alex de la Iglesia. En rodaje
Una canción: "Yo, también", de Guille Milkyway