En Bilbao se come muy bien. Como en muchos otros lugares, diréis. Y es verdad, lo que ocurre es que la oferta gastronómica de Bilbao la conozco al detalle y por lo tanto tengo argumentos para poder escribirlo con conocimiento de causa. Me gustan los pequeños locales, como el Rótterdam o el Egiluz, en el Casco Viejo. En la parte alta me quedo con el Aizari o el Antomar, en Ledesma, el Loroño, junto a la Alhóndiga, el Atea, en el paseo Uribitarte, El Viejo Zortzi, en Pozas, y La Viña, en la calle Henao. En todos ellos se come de maravilla, con productos de primera calidad, sin pretensiones de ir más allá que ofrecer una cocina honesta. En este apartado tengo una debilidad: La Aldea, en la calle Doctores Carmelo Gil, una tasca humilde donde Jon Oleaga ofrece lo mejor del recetario vizcaíno. ¡Para chuparse los dedos! Luego están los otros, aquellos locales donde se ofrece, o por lo menos se pretende, una cocina más creativa. Ahí, sin discusión, reina el chef Daniel García, en el que para mi es el mejor restaurante de Bilbao, el Zortziko. Todo vizcaíno amante del buen comer, y que se lo pueda permitir, debería de acudir una vez al año a conocer los nuevos platos de este maestro de los fogones. Después del Zortziko, mis preferencias van hacia un restaurante de hotel, el Aizian, en el Hotel Meliá Bilbao, donde el chef José Miguel Olazabalaga ha conseguido plasmar todo lo que aprendió en los fogones de cocinas tan celebradas como Zalacain, Goizeko Kabi, Gaztelubide o Andra Mari. La cocina de autor en Bilbao tiene otros nombres, como Álvaro Garrido, del Mina, Aitor Basabe, del Arbolagaña o Ricardo Pérez, del Yandiola. Y para comer de lujo y a precios asequibles, el menú del día del restaurante del Hotel Carlton, con Eduardo Díez como jefe de cocina. ¿A qué viene todo lo anterior? A que quiero dejar constancia de la experiencia culinaria que viví ayer. Cené en el Restaurante Guggenheim y comprobé que en Bilbao también hay cabida para un chef que ha hecho de la radicalidad su principal seña de identidad. Parece claro que Josean Martínez Alija no se ha hecho cocinero para hacer amigos. El menú degustación que tuve el honor de comer ayer no busca satisfacer al comensal por la vía más rápida, sino que pide la complicidad del que se sienta en su mesa y le invita a jugar, a experimentar. Sólo alguien muy seguro de si mismo se atreve a incluir la cerveza como acompañamiento de algunos de sus platos en su menú desgustación. Para mentes abiertas y bolsillos amplios. Es que me invitaron...
Mientras me dirigía al restaurante me llamaron del trabajo. Era la taquillera, nerviosa ante lo que sucedía en la sala. Me dijo que el proyeccionista está intentando arreglarlo, pero que el sonido de la película era raro y las imágenes, más de lo mismo. Le dije que no hicieran nada, que era así. Se proyectaba “Film Socialisme”, de Jean Luc Godard. Me he acordado de este hecho mientras rememoraba la cena de ayer. ¡Viva la locura!
Arriba los pobres del mundo, en pie los esclavos sin paaaaaaan...!
ResponderEliminarEn mi caso, manifestar una opinión aquí me resulta difícil, sobre todo cuando el comentario me favorece, por lo que el silencio seria lo mas prudente, pero , soy hombre de pelea y a veces me cuesta callarme.
ResponderEliminarHe leído y releído tu comentario, y, resulta interesante. Ya que haces un recorrido por la gastronomía bilbaína de diferentes ambientes, niveles y estilos de cocina.
A cuantos críticos -que no regalan su articulo ni llegan a tu nivel- les gustaría estar a tu altura. Conozco alguno que he llegado a decirle: Si escribes de esta casa, de mi cocina, de mi, ten la precaución de mojar la pluma en el tintero y escribe con el corazón y la razón, no la vayas a mojar en la hiel , mas que nada es que amarga.
Los hay que no tienen ni la mas mínima preparación, vienen a que les enseñes, absorben tu tiempo, te exprimen y, cuando creen que ya les has dado lo que necesitaban te abandonan, y, si te dejas de dan en el cogote, para justificar su critica feroz, atemorizarte y hacer sentir a los demás: Cuidadito conmigo. Triste mundo de estómagos llenos, del mejor vino, pues a falta de conocimiento estiman que el mas caro es el mejor y, saca y saca que voy hacer un articulo de esta casa. Hasta que llegues a ver algo publicado todos pendientes del susodicho, esperando que la zampada le haya sentado bien, el vino no le haya perjudicado el cerebro, los gin tonic no le hayan cambiado la dirección y los puros…..
Como dijo uno: El caviar y langostas que tengo que comer en los restaurantes para poder ganar un duro y comer en casa un huevo.
Con lo divertido y serio que es este oficio, para ser flor de un día y victima -a veces-del terror que siembra esta comando.
Por eso quiero agradecerte el gesto, delicadeza, sabiduría que, con tu presencia - tus amigos también- os hacéis presentes en esta mesa llena de viandas, valoráis el espíritu de cada una de ellas, respetando a las personas que vestimos la chaquetilla blanca, sobre todo en unos momentos que tanto se agradece, especialmente por la situación que vive este colectivo.
En nombre de este colectivo y en el mío propio , mi mas sincero agradecimiento, por fomentar la cultura gastronómica de este País. ¿Que es un artista sin un admirador? . Lo mismo que un cocinero sin un Huésped .
La locura, la mesura, todas tienen cabida en esta mesa palatial
El aprendiz
Yo ya me acostaba, en Nueva York es tarde, pero he entrado a la casa de mi mejor amigo y las palabras de anónimo me han desvelado.
ResponderEliminarCuando vi el menú de la cena me emocioné mucho. Gracias a la tecnología moderna me llegó a mí casi al mismo tiempo que a los comensales. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue "van a tener que pensar" y luego pensé "pero que felices van a ser". En ese menú sin uida había mucho pensamiento y me consta que Josean Martinez Alija y su equipo tradujeron sus ideas y las transportaron a la mesa de forma excepcional.
A veces el arte es dificil de interpretar y de entender pero siempre nos hace sentir algo. Mi único proposito era que los invitados se sintieran a gusto y felices. Creo que eso lo conseguí.
Eskerrik asko Josean. Y a ver si nos vemos pronto en Nueva York.
doy fe!
ResponderEliminar^^
¿Por qué existirá la distancia?, ¿por que no se podrá multiplicar -facilmente- el tiempo y el dinero?. Cuando pueda voy para allá.
ResponderEliminarY mientras tanto ¿como puedo suscribirme por mail a los nuevos post?.
Gracias, y un saludo.
Un saludo para Juan de Elche. No tengo ni idea de la última cuestión que planteas. Si alguien sabe cómo Juan se puede suscribir por mail a los nuevos post que lo diga o calle para siempre.
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