El día

Me duele la cabeza. Y hoy es el día que aterrizan en Donosti los culegas. Hay un día en el festival que lo dedico a enseñar a Desmon, Mikel y compañía nuevos locales gastronómicos con fundamento. Cada vez se hace más difícil sorprenderles. Hoy vamos a comer en un clásico de la parte vieja donostiarra, el Gandarias, y será en los previos cuando experimentemos nuevas sensaciones. Hoy es el día del Ibai. Era el lugar elegido para la comida hasta que dejó de serlo. El motivo no es otro que las características del local y de su propietario, no muy dado a algarabias y vozarrones, principales señas de identidad de la mayoría de los comensales. Ello no es óbice, cortapisa o valladar para que nos acerquemos a degustar sus míticos pintxos de ensaladilla. Dice la leyenda que al crítico de un conocido y respetado periódico neoyorquino le negaron mesa en dos ocasiones, lo que no le impidió dar cuenta de seis pintxos de ensalladilla, uno tras otro. Orgullo seguro que tenía el hombre, pero apetito también. Por cierto, lo que empezó como un día en el que nos juntábamos tres personas, Desmon, Mikel y yo, ha degenerado hasta tal punto que hoy nos reunimos doce. Y entre ellos se encuentra Gudari, que llegó ayer de avanzadilla. Y se notó su presencia. Mi cabeza da fe de ello. El equipo está formado por Desmon, Mikel, Adolfo, Gudari, Teddy, Alex, Eugenio, Ernesto, Iñaki, Fernando, Toñito y el que escribe. Txutxi no ha podido venir. Dios aprieta pero no ahoga...