Planazo gastronómico por Bilbao

Durante la navidad me encontré con una amiga que me dijo que seguía este blog y que a veces le habían venido bien mis recomendaciones a la hora de elegir restaurante. Puede ser una salida a mi falta evidente de ideas, pensé. Pues nada, me pongo a ello. Durante el 2011 he visto pocas novedades dignas de reseñar en el panorama gastronómico de Bilbao. La mayor sorpresa me la llevé en el Restaurante Ur-Gatza, de Alameda Recalde, imbatible en la relación calidad/precio. Un propuesta muy conseguida  de cocina creativa a precios ajustados. El cocinero y crítico gastronómico David de Jorge publicó una crítica en el suplemento GPS de El Correo sobre este restaurante que comparto de principio a fin. Os propongo un plan perfecto para un viernes o un sábado, con cena en el Ur Gatza y un poteo previo por los alrededores. A las 8 de la tarde, cita en el bar La Gallina Ciega, en Máximo Aguirre, donde podéis degustar la mejor cerveza que se puede beber en estos momentos, Inedit , creada por Estrella Damm junto con Ferrán Adriá, Juli Soler y el equipo de sommeliers de El Bulli. Un lujo dificil de encontrar en el resto de bares de Bilbao. Sí te ha entrado ganas de probarla, la puedes encontrar también en el Club del Gourmet de El Corte Inglés a 4 euros y pico la botella de 500 ml. Volvamos al tema. Después de La Gallina Ciega, una visita al Museo del Vino Berria, en la calle Iparragirre, al lado del Guggenheim. Allí os podéis tomar una botella, por ejemplo, de El Puntido, de Viñedos de Páganos, bodega situada en Laguardia. Más lujo para el cuerpo. Si andáis justos de dinero, que es lo habitual, una botella de El Pícaro, que nunca decepciona. Del Museo Berria a La Viña de la calle Henao. Un crianza rico, una antxoa albardada y para el Ur Gatza, a cenar. Una vez en el restaurante, seguid las indicaciones del responsable de sala. No busca vuestro dinero sino vuestra felicidad. Como yo.

Un apunte: tanto la cerveza Inedit como los vinos El Puntido y El Pícaro me los descubrió mi sobrino Teddy, cocinero del restuarante del Hotel Carlton y un digno sucesor de su tío. La foto es para quitar glamour al texto, no vaya a ser que quede una pizca pedante.