Torrente

Esta tarde voy a ir a ver a Torrente. Así escrito parece como que voy a ver a un amigo. Y en cierto modo es así. Y como me pasa en la vida real, a los amigos los quiero pero a veces me ponen de los nervios. Espero encontrarme con el José Luis Torrente de la primera entrega y volver a reírme con ese espejo distorsionado de una realidad no tan lejana. Me cae bien Santiago Segura. Y me ha gustado lo que ha escrito hoy en El Mundo. Os dejo con el final: “Y seré más feliz cuando esto de Torrente deje de ser un hecho aislado y al acabar el año podamos ver en la lista de las 10 películas más vistas del año, cinco o seis cintas españolas, como en Francia, ese país que tenemos al lado que se quiere tanto a sí mismo. Y es que nosotros no nos queremos nada. Y pensamos que el de al lado es tonto y que los inmigrantes nos van a quitar el trabajo y que las mujeres conducen peor que los hombres y que el fútbol es más importante que el ajedrez y que aparentar es mejor que ser y que pagar a Hacienda es de pringados...y eso, eso es precisamente Torrente. También tenemos cosas buenas, nos sabemos reír de nosotros mismos. Bueno, no todos, algunos. Generalizar nunca ha dado buenos resultados”.

“¿La mafia rusa? No, un gordo y un subnormal”. Diálogo de la primera entrega de Torrente.

Un último apunte: el sábado o el domingo, no recuerdo bien, el periódico El Correo publicó un reportaje sobre el fenómeno Torrente y su creador. El artículo incluía una referencia a una leyenda urbana que dice que Segura paga a algunos de los “famosos” que salen en sus películas con jamones. Ayer, mientras veíamos al Athletic contra el Getafe, El Crítico Larrauri comentó que a él le regaló una paletilla ibérica por su cameo como jeque árabe en Torrente 2. Por cierto, en la escena, nuestro amigo compartía plano con Pepe Navarro. El Crítico y Pepe....