El País Semanal publica mañana un reportaje sobre ese profesor especial que todos hemos tenido y que cambió nuestra percepción del mundo. Diferentes personalidades de la vida pública explican quién fue esa persona y la incidencia que tuvo en su vida posterior. En mi caso es difícil de encontrar un profesor deteminante por dos motivos: no tuve suerte con ellos y fui un pésimo estudiante. Pero hasta en casos extremos como el mio aparece esa luz que ilumina el horizonte. Es evidente que mi lado absurdo tiene como base principal mi paso por los Hermanos Maristas. Entre ellos es difícil inclinarse por alguno en particular. Pero pienso que el Hermano Palencia ha tenido una incidencia especial en mi. Recuerdo una anécdota que explica algunos de mis comportamientos arbitrarios posteriores. Un día, en clase, veíamos como los de otras aulas salían a la hora y el Hermano Palencia no acababa. La situación incomodaba a mi compañero de pupitre, que hacía gestos ostensibles de malestar. El Palencia le vió y le dijo... Aquí quiero hacer un inciso. Es imposible que a algunos de vosotros se os ocurra lo que pudo salir de su boca. Sería un milagro. Sigamos. Va el Palencia y le dice: "de qué te quejas. Tú llevas dos días sin traer calcetines y yo no te he dicho nada". Qué le dices. Yo solo sé que desde aquel día llevo calcetines todos los días del año. El hermano Palencia cambió mi concepción del mundo.
desconcertante el testimonio literario y estremecedor el documento grafico.
ResponderEliminarel otro dia me cruce en el pagasarri con uno que estaen la fila de abajo
He encontrado en un blog del Athletic un comentario que hablaba del Tino, del Floro y de un hermano marista que repetía constantemente SANCIÓN, SANCIÓN, SANCIÓN. Aventurero, ¿recuerdas el nombre del sancionador?
Eliminarmandame el enlace de ese comenatrio, a ver is podemos desenmascarar al de la sancion
ResponderEliminarTú donde estudiaste fue en una academia de espías, con tanta trenca y gabardina
ResponderEliminarQué recuerdos de la foto de clase en Maristas. A mí no me suena ninguna que fuera diciendo lo de "sanción, sanción", pero es que igual tampoco coincidió con mi generación (soy del 62). ¿Pudo ser el hermano Alberto (el mote fue cambiando con los años, mi año era Garban)? También hubo una época en la que el director se ponía en la puerta para ver quién llegaba tarde y le decía castigado, para mandarlo a hacer horas extra en la biblioteca.
ResponderEliminarJosé Antonio