Ayer escribí un texto irónico sobre la jubilación de Desmon. Quería ver si desde fuera se entendían nuestras bromas respecto al trabajo, exagerar el tópico tan extendido de que los funcionarios no pegan ni sello. Y dentro de los trabajadores públicos, los que nos dedicamos al ocio tenemos doble delito. Además de no dar palo al agua, la gente piensa que nos divertimos. Y no conozco trabajo más aburrido. Reuniones interminables con políticos o representantes de las asociaciones más peregrinas, poniendo siempre buena cara ante sus demandas, aunque la mayoría solo quiere love y que alguien le escuche. Y en ese campo Desmon es imbatible: "¿Una exposición de vírgenes de plastilina?, qué interesante" o "¿Una obra de teatro solo con pelirrojos? Muy bueno". Y siempre con una sonrisa y unas palabras de aliento. Después de más de 35 años aguantando pelmas, Desmon se merece un descanso. Y un respeto.
"Vivirás en paz... si te dejan". Desmon
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