A la que salta

Hoy casi me olvido de este blog, enredado en todo tipo de polémicas en las redes sociales. Es que me provocan. Hay que tener unos nervios de acero para permanecer tranquilo y sin perder la compostura. En mi oficina tenemos una frase de cabecera: "A la que salta". La utilizamos cuando alguien nuevo se incorpora a la empresa y pregunta sobre cómo actuar ante los desafíos laborales a los que se va a tener que enfrentar. "¿Habrá algo escrito, algún proyecto, no se...?", preguntan con la ingenuidad del que todavía no es consciente de en qué país vive. Siempre contestamos "a la que salta". Lo desesperante es que el mundo parece que está organizado como mi oficina, tu oficina, todo cogido con alfileres, y que quienes tienen que tomar las decisiones para enderezarlo son unos campeones de la improvisación, independientemente de que sus decisones repercutan, casi siempre de forma negativa, en millones de personas.

“El mayor problema es siempre el de la ignorancia. Cuando Occidente, con Estados Unidos al frente, invadió Irak para derrocar a un tirano e implantar una democracia no tenía ni la menor idea de quiénes eran los suníes y los chiíes y carecía de un plan para cuando llegara la paz.”. Massimo Caccciari, filósofo y exalcalde de Venecia

Los de la foto no sé si toman decisiones, pero alguien les debería de decir algo. Lo que sea, sobre todo al de bigotes. Ahora dice que es actor. Que alguien haga algo, aunque improvise...