El mal 2

Hoy, en lo primero que he pensado nada más levantarme de la cama es en el sorteo de la lotería de Navidad. Son las secuelas que aún me quedan de años anteriores, cuando el jefe nos ponía en la oficina el sorteo por la radio. Durante más de una década. Salía del despacho y gritaba "ha salido el cuarto, en Tordesillas". Y nos parecía normal. Este hecho me lleva a reflexionar sobre la capacidad del ser humano para sobrevivir ante la adversidad. Los de mi generación recibimos una educación que parecía diseñada por Fu Manchú o por algún otro personaje siniestro con pretensiones de destruir el mundo. Algunos conseguimos zafarnos, no sin daños colaterales, de esa educación represiva y enfermiza. Pero otros, no. Por eso a los de mi quinta no nos extraña que más de 7 millones de personas decidieran el domingo que mentir y robar no invalida políticamente. Tienen inoculado el mal...