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jueves, 23 de marzo de 2017

Bonjour tristesse


Estoy como "las almacas de Marín", que es como un amigo, uno de esos genios del lenguaje de los que os he hablado en alguna ocasión, dice en vez de "las maracas de Machín". Así estoy yo, más pallá que pacá, sin capacidad de respuesta ante los indudables retos a los que me enfrento a diario. La lucha empieza a primera hora, cuando mi cuerpo y mi cabeza me piden que no me levante de la cama, que llame a la oficina y que diga que me encuentro mal, incluso que ni llame, total nadie va a notar mi asuencia. El combate sigue en el bar del café de la mañana de antes de ir a trabajar, donde el dilema es comer o no ese cruasán que todas las mañanas me reta provocador desde la barra y que tengo prohibido por prescripción médica. En la oficina me espera mi jefe, que me repite lo mismo que el día anterior, que la semana anterior, que el año anterior. Y me quedo solo y pienso en escribir algo que tenga un mínimo de interés, pero no es el día. Ayer tampoco lo fue y me da que mañana, más de lo mismo. Podría recomendar "Locas de alegría", una película digna sucesora de ese cine popular italiano de los años 50 y 60 y protagonizada por dos estupendas actrices. Podría hablar también de la segunda temporada de "Billions" o de que con la primavera ha vuelto el frío. La tristeza llega sin avisar. Espero estar pronto de vuelta. O no.

Mañana se estrena "El bar", de Alex de la Iglesia. Por si se me olvida...

"Alguna gente no enloquece nunca. Qué vida verdaderamente horrible deben tener". Charles Bukowski

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